Mauricio Macri no quiere hacer manifestaciones públicas sobre las elecciones del domingo en Brasil pero se inclina por un triunfo del militar Jair Bolsonaro, el polémico candidato de ultraderecha que encabeza las encuestas.

Bolsonaro tiene una postura extremista con condimentos racistas y misóginos y su posible triunfo genera incertidumbre en todo Occidente. Sin embargo, Macri lo prefiere "antes que vuelva el populismo" que para el presidente argentino encarna el PT de Lula da Silva, porque interpretan que un triunfo de su candidato Fernando Haddad, le daría un impulso fuerte a la candidatura de Cristina Kirchner, además de una plataforma regional.

Macri ya tuvo que acomodarse al triunfo del izquierdista Andrés Manuel López Obrador en México. Si la primer economía Latinoamericana también pasara a ser gobernada por una fuerza de izquierda, su posición regional quedaría bastante aislada, con las dos principales economías en manos de gobiernos de signo contrario al suyo. 

Así lo revelaron a LPO fuentes de la Cancillería argentina. Poco importó el guiño que hizo Haddad este miércoles, cuando dijo que es "amigo personal" de Macri desde la época en que ambos eran alcaldes, el brasileño de San Pablo y el argentino de la Ciudad de Buenos Aires.

Pese a esta postura subliminal, el macrismo no está tejiendo puentes con el PT de Lula da Silva, que eligió a Haddad como su candidato desde la cárcel.

La relación del macrismo con el partido de Lula quedó muy dañada cuando la entonces canciller Susana Malcorra tardó apenas unos minutos en reconocer la presidencia de Michel Temer, cuando Dilma Rousseff acababa de ser destituida. Macri fue el primer mandatario en visitar a Temer.

Bolsonaro crece en las encuestas y el mercado festeja

Pero al mismo tiempo, desde el Gobierno argentino evitan mencionar a Bolsonaro, que en un eventual ballotage sería el candidato preferido de "los mercados".